Pasaban quince minutos de las nueve de la mañana cuando se abrían
las puertas de los chiqueros de la histórica plaza de San Felices para dar
suelta al bien presentado Toro del Aguardiente de Barcial. Escaso juego dio el
astado que salvo en los primeros instantes de su lidia donde se movió un poco,
el resto, se mostró reservón y muy parado tanto en la plaza como en las calles.
Aún así, los mozos a base de insistir consiguieron que diera una vuelta al
recorrido con más pena que gloria para entorno a las diez menos veinte ser
encerrado.
Con las calles repletas de gente y con un calor más propio
de los meses de Julio y Agosto dio comienzo el primer encierro a caballo de
este Noveno 2012. Largo y pesado resultó el festejo, ya que desde el primer
instante y como era de esperar, los seis toros de Barcial se desentendieron de jinetes
y cabestros.
Las calles de San felices se convirtieron en un reguero de
toros sueltos, todo lo contrario a lo que suele ser habitual en esta localidad
que se caracteriza por tener encierros en manada y de una gran plasticidad, alargándose
el festejo entorno a una hora.
La tarde no cambió la tónica de la mañana y resultó muy
deslucida. Debido al estado en que se encontraban los toros se tomó la acertada
decisión de no realizar el desencierro a caballo de los toros hasta el monte ya
que las probabilidades de que llegasen eran nulas.
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