miércoles, 11 de julio de 2012

Quinto encierro San fermín 2012



¿Estalló la pólvora?


Se trató de encender el cohete, pero aquello no funcionó, se retrasaba impacientemente el encierro para los que viven de apretar al cordón policial en busca de una vía de escape que les permita huir del suplicio que se han buscado. Se alargó unos segundos y todo porque la pólvora estaba mojada. No estalló y se hubo que recurrir al segundo cohete, éste decidió volar tras unos segundos de incertidumbre y anunciar a los impávidos de Estafeta que aquello comenzaba. Lo del cohete era fue la mejor ejemplificación del quinto encierro de las fiestas de San Fermín: la mecha muy larga, la pólvora bien compacta, pero sin fuste a la hora de estallar.


Iván Ramajo (www.cultoro.com)


El encierro de Fuente Ymbro, era sin duda el más esperado por el corredor. Este año rehuían de miuras y cebadas, los esperaban pero no los ansiaban. Este San Fermín no, porque todo quedaba reducido a Fuente Ymbro, y el colmo de la reducción llegó en fijar las miradas en un infundio con mechas hasta la primera balconada de Estafeta, pero de rodilla en tierra.


Al carbón y azufre, se le había cambiado el nitrato de potasio por la gaseosa. Y así salió el encierro. Fugaz, fuerte, apretado de carnes, y amplísimo y agresivo de sienes. Hoy era el día de apostar. Los que apostaron, o los que son fieles a Santo Domingo, acertaron, un encierro vertiginoso, vibrante, y arrollador. Derrotando los toros a ambos lados de las aceras, después de que los del Pilar abrieran ayer la veda. Emulando al encierro de Moisés Fraile, los de Ricardo Gallardo buscaron en tropel la delantera y lo consiguieron en el Ayuntamiento, todo era furor, una estela hacía la perfección, y una redención para el esprínter y el fondista tras la debacle de ayer.


Todo iba a una velocidad tan meteórica que los paneles de Estafeta con Mercaderes aguantaron kilos de lo lindo, al resbalar dos toros, y allí todo se trunco, la manada cedió la comanda a los mansos, y su ímpetu individualista se convirtió en un ambiente gregario, desconcertante. Hasta que tanto apretamiento, y tanta necesidad de tocar y meter mano, por parte de los corredores provocó la caída, y la descomposición de una manada, que se vio sobrepasada, pese a su velocidad punta, tal fue la insistencia en meter riñón de los que se ponen delante, que lo consiguieron, hacer que la gaseosa que formaba parte de la fórmula de Fuente Ymbro para el encierro, se licuara y el agua por un lado, y el carbonato por otro, apagaran las ya de por sí fatigadas azufre y carbón. Se les mojo la pólvora y Telefónica se le hizo eterna, tanto que acabaron con la lengua fuera y el morro hacia adelante, como para llegar a la meta en un tiempo imposible, pues ya mandaban los corredores sobre ellos.


Eso provocó que se afligieran y llegaron las pájaras y las debilidades: toros al suelo. Y como símbolo el lesionado Infundio que sucumbió ante una carrera vencida, ante un público ansioso, en el coso pamplonés. De allí al matadero, y la imagen del encierro del más, al mucho menos, soliviantado por la presencia descomunal del encierro.


PARTE MÉDICO:


El encierro de hoy se ha saldado con traumatismo craneoencefálico, pendiente de estudio. Otros dos mozos han sufrido contusiones, uno con deformidad en el brazo, con posible fractura, y otro en la zona maxilofacial. Los tres contusionados han sido lesionados en el tramo de Estafeta.

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