El sábado se corrió en la pequeña localidad de Espeja el
primero de sus encierros. Con un recorrido muy particular, por los alrededores
de la plaza de toros, en el que combina un tramo se arena y otro de asfalto se
disfrutó de una buena mañana taurina.
En primer lugar se dio suelta a una vaca en solitario a la
que los jóvenes dieron cortes y carreras. La vaca respondió y entretuvo al
personal.
A continuación se dio suelta en manada a otras cinco reses
que acompañados por los mansos dieron varias vueltas por el recorrido.
Sin ser un encierro conocido, ni de los que suele aparecer
en revistas ni webs especializadas, estos pequeños pueblos merecen toda nuestra
admiración por conservar sus dos días de encierro durante las fiestas a pesar
del azote de la crisis.
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