Cinco años han tenido
que pasar para que el momento culmen del encierro Mirobrigense vuelva a
recuperar su esplendor y gloria. Cinco largos años desde aquél Martes de
Carnaval del 2009 cuando los toros de El Sierro lo hicieron por última vez.
Cinco largos, larguísimos años sin ver coronar en pelotón un encierro la Plaza
Mayor como Dios manda y este año por fin se ha logrado.
Ese tramo comprendido
entre el extinto Cine Madrid y la Plaza, estrecho, oscuro, sinuoso, mágico,
monumental como pocos y libre, por el momento, de profanación ha vuelto a ser
escenario de la culminación del rito como mandan los cánones.
Mario Crespo
Ciudad Rodrigo despidió a las 20,14h del pasado 4 de marzo
una nueva edición de su Carnaval del Toro. Un Antruejo que como siempre ha
convertido a Miróbriga en el epicentro de la actualidad taurina de principio de
temporada.
Un año más la fiesta estalló en Miróbriga el Viernes de
Carnaval de la mano de la Asociación CarnavaldelToro.es con el ya tradicional
“Campanazo”.
No tiene límite el poder de convocatoria de este evento que
congrega a miles de personas en el ágora Mirobrigense para dar la bienvenida al
Carnaval.
7.000 pañuelos farinatos se repartieron en un Campanazo
especial. Mari, nuestra entrañable Campanera se cortaba la coleta por problemas
de salud a la vez que cedía los trastos a su sucesora ante una plaza que
volcada con ella reconoció el trabajo de todos estos años.
Tras el Campanazo llegó el turno de enseñar el recorrido a
los mansos de Perrino, a pesar de que lo conocen bien. Mucho público dentro y
fuera de agujas para presenciar la primera función taurina del carnaval que
transcurrió sin incidentes.
A las doce de la noche y tras coger las barreras los mozos,
tocaba capear dos toros de Carlos Charros que entretuvieron la noche a los
miles de aficionados que como es habitual abarrotaron la Plaza Mayor.
El sábado rompió plaza Jaranero, el Toro del Antruejo de
CarnavaldelToro.es volvió a reunir a miles de personas en la histórica zona de
Los Pinos. Dudó al salir el de El Sierro que una vez arrancó no paró hasta
llegar a la zona alta donde a pesar de lo resbaladizo del piso fue recortado
por infinidad de mozos. Tras dar varias vueltas por el recinto para que pudiera
ser visto por los presentes se procedió a su enchiqueramiento.
Con Jaranero en San Pelayo llegó el momento más importante
de la jornada. Una vez más, tuvo que ser la iniciativa privada la que se
preocupara por fomentar e inculcar la afición y el cariño por las tradiciones a
los más pequeños. CarnavaldelToro.es, recuperó el encierro infantil con
carretones. Cientos de niños tomaron Los Pinos y se lo pasaron en grande.
Recortes, carreras, capotazos y mucha ilusión en una actividad, de suma
importancia, que nunca debió de perderse.
A la una del mediodía, las calles de Miróbriga estaban
tomadas por una marea humana que deseosa esperaba el comienzo del primer
encierro con toros del ciclo.
Tres astados de Carlos Charro, desigualmente presentados,
uno de ellos de indigna cabeza formaron la manada.
Nada más cruzar el umbral de la nueva mini puerta toros y mansos se plantaron desconcertados y sin saber
qué rumbo tomar. Tras unos segundos y a cuenta gotas los mansos fueron
avanzando y varios metros por detrás hicieron lo propio los bravos cada uno a
su aire. Al final de Foxá los tres toros volvieron a hermanarse para a pesaroso
trote llegar hasta El Registro donde uno de ellos agobiado por el asfixiante
ansia de los de a pie arreó buscando escape librando milagrosamente la cogida
varios corredores.
La inesperada arrancada abrió un importante claro y cuando
los tres toros se disponían a enfilar la bóveda de la Puerta del Conde tuvo que
aparecer un portugués manta en mano para despatarrar vilmente a uno de los
astados.
Mientras el de Carlos Charro se reponía del infame mantazo,
sus hermanos y los mansos alcanzaron a
cuenta gotas la plaza resultando caótica y accidentada la entrada a la misma.
Por la tarde, los de Carlos Charros entretuvieron la capea
cerrando la jornada que abrió Jaranero un rápido desencierro.
El desarrollo del encierro del domingo es intrascendente.
Desde el momento en que se hizo pública la dictatorial decisión del nuevo
Concejal de Festejos Pedro Muñoz de levantar un corral pocos metros antes de la
ermita, el resultado del festejo no tenía importancia por el sin sentido del
acto. Una pantomima en toda regla que lo único que buscaba es la foto de
caballistas y toros con la ermita al fondo.
Con los de Jacinto Ortega en chiqueros comenzó, a eso de las
dos de la tarde, una fugaz capea que dio paso a un entretenido desencierro. La
capea de la tarde tampoco tuvo historia ninguna cerrando la jornada el
desencierro que transcurrió rápido hasta Los Pinos donde dos toros se
emplazaron y dieron juego a los mozos.
El lunes estaba reservado para el encierro con más presencia
del Antruejo. Seis toros de La Laguna con kilos y bien armados salieron
puntuales de los corrales de la Calle Duero, tan puntuales tan puntuales que
cuando quiso dar el aviso la campanera, los toros ya estaban casi en Torroba.
A lo largo de Foxá la manada se fue estirando llegando a la
curva del Árbol Gordo cinco de los toros, apareciendo poco después el sexto
reenganchándose en El Registro con sus hermanos, aunque desandaría sus pasos
después hasta el ambulatorio. Junto a la bóveda la manada terminó de
fragmentarse, enfilando tres de los toros el camino hasta la plaza junto a los
mansos mientras los otros tres hacían lo propio de uno en uno. Encierro rápido
y limpio a pesar del trajín del sexto toro.
En la capea se lidiaron tres de los astados participantes en
el encierro ofreciendo un buen espectáculo y momentos de interés. El posterior
desencierro no cambió el sino de la mañana y realizaron una bonita y
emocionante carrera.
Por la tarde el protagonismo absoluto fue para los
maletillas. Gran espectáculo el que ofrecieron exponiendo y dando muletazos de
mérito a los tres astados de La Laguna que pisaron el coso Mirobrigense. El
respetable reconoció su labor con las ovaciones más fuertes y sentidas de todas
las fiestas.
La última jornada del Carnaval se abrió con la segunda de
las capeas nocturnas. Al igual que el viernes, dos toros de Carlos Charros
fueron los protagonistas de la noche. Destacó especialmente el que abrió plaza,
un toro precioso, muy serio y astifino que dio un juego extraordinario y que por
presencia debió formar parte del encierro del sábado en lugar de
“desaprovecharlo” participando solo en una capea. Una pena no poder verlo en la
calle.
Ocho horas después de acabada la capea nocturna, los tablaos
de la plaza prácticamente se llenaron para ver salir a Aviador, Toro del Aguardiente 2014 donado por el pastor Ángel Rico.
De impecable presencia, el de Adolfo Martín asomó puntual por la puerta de
corrales entre el asombro de la gente y el silencio de la Campana Gorda que no
sabemos por qué no se tocó para informar de que el toro ya estaba suelto.
No quiso participar el cárdeno de la fiesta y vanos e
infructuosos fueron los intentos por hacerle salir del rectángulo para que lo
disfrutaran los cientos de aficionados que lo esperaban entre la Calle Madrid y
El Registro.
Con el del Aguardiente encerrado en los bajos de la Casa
Consistorial dio comienzo el último encierro del Antruejo 2014. Puntual salió
la bien presentada torada de Adolfo Martín de los corrales de la Calle Duero.
Desde los primeros metros los Adolfos
dejaron atrás a los mansos y bien hermanados realizaron juntos la carrera. En
la cuesta de Torroba uno de los toros se descolgó de la manada que a paso
ligero avanzaba unida camino de la plaza. Lo exigente del recorrido comenzó a
hacer mella en los toros a la altura del ambulatorio atemperando el ritmo y
permitiendo el lucimiento de los mozos. Pasó sin problemas la manada la bóveda
de la Puerta del Conde enfilando los cinco Adolfos
los últimos y más históricos metros del recorrido por la Calle Madrid,
realizando una espectacular entrada a la plaza. El sexto toro que se había
quedado no tardó en aparecer junto a los mansos completando así una magnifica y
preciosa carrera.
En las capeas, los de Adolfo Martín impusieron respeto y
pocos fueron los que se atrevieron a plantarles cara, aún así se pudieron ver
cortes de mérito.
Por su parte, en los desencierros, realizaron dos rápidas y
bonitas carreras, alargando unos minutos el último desencierro al emplazarse
varios toros en Los Pinos para deleite de los aficionados.
Con el último aldabonazo de la Campanera, se ponía fin al
Carnaval del Toro 2014. Como siempre habría muchísimas cosas que apuntar,
destacando sobremanera el desconocimiento y caciquismo del nuevo Concejal de
Festejos, que haciendo de su capa un sayo ridiculizó a un pueblo con el
encierro del Domingo que nos preparó.
Temas tan importantes y transcendentales hay que tratarlos
en los despachos con profesionales y expertos. Los bares están para presumir de
fotos y poco más…
El año que viene más y mejor ¡Nos vemos el Viernes 13 de
Febrero de 2015 para comenzar un nuevo Carnaval del Toro!
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