Telefónica reivindicó
días de gloria y sangre, pese a que esto último,
por fortuna, no lo hubo. Lo hizo por mediación del ensabanado, Rayosol, que se movió alocadamente ante
los cites de unos mozos que finalmente lo condujeron de manera limpia a la
Monumental de Pamplona.
Lengua fuera y testuz arriba fueron síntomas del desgaste –provocado
por dos caídas en Estafeta– e insumisión del sexto Torrestrella, que ha recuperado la incertidumbre, por primera
vez con peligro, en las calles de la capital Navarra.
Para que el toro de Don Álvaro se separara de sus hermanos, en
Estafeta, las manos de los muchos corredores, que no querían hacer dos días sin
catar emoción, hicieron un trabajo de desgaste en la compacta manada. La testuz,
los pitones –actitud denunciable y reprochable–, y el morrillo son los receptores de las señales que tratan de atemperar
el ritmo. Esa técnica, aunque
muy extendida, da un escaso rendimiento,
salvo que quién cite haga caer al toro. Hoy fue así.
Antes de fracturar la manda, por caída como el caso del ensabanado
o por velocidad como sucedió con el castaño que primero llegó a la plaza, se dio
un encierro a imagen y semejanza de los vividos los dos primeros días: manada
agrupada, apretando esqueletos por el centro de la calle y sin lanzar derrotes.
No son muchos los momentos mágicos que San
Fermín regala a los que se apostan en la primera parte del recorrido, y eso ya lo
vivieron ayer.
Así, desde los corrales de Santo Domingo hasta la curva de
Mercaderes con Estafeta los toros avanzaron veloces y escondidos tras la parada
de cabestros, que comandaba la manada. Tras rozar con los pitones, durante un
largo tramo, las fachadas izquierdas de la calle emblema del encierro, los Torrestrella se vieron sometidos al
poder devastador de la calle, que vio como ningún toro se marchaba sin haber
sido sometido a los riñones de los corredores.
De ahí, a una Telefónica
que de nuevo –como está sucediendo últimamente– congregó una gran barrera humana y que trompicó el descenso de los
toros… hasta que llegó el vigésimo cuarto, que ha pisado en este 2013 el último
tramo del encierro, para volver a dotar a ese tramo el brío perdido y hacer
olvidar el pasado más reciente –la vejación sufrida el pasado 7 de julio–.
FICHA DEL ENCIERRO:
Quinta carrera de las
fiestas de San Fermín 2013. Jueves 11 de julio. Con sol y 19 grados de
temperatura se han corrido 6 toros de Torrestrella,
variados de capa (un burraco, un castaño, un colorado, un jabonero, un
ensabanado y un negro) y más terciado con respecto a los anteriores encierros.
El recorrido lo han completado en 2
minutos y 46 segundos. La lida, de la quinta corrida de toros del abono
pamplonés, será llevada a cabo por Francisco Marco, Iván Fandiño y David Mora.
El parte médico oficial
del tercer encierro vuelve a presentarse sin heridos por asta de toro. Según indica
el gobierno foral: “Se ha producido un único traslado, por traumatismo craneal,
al complejo hospitalario de Navarra”.
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