lunes, 20 de agosto de 2012

Crónica del primer encierro de las fiestas de Lumbrales




Multitudinario primer encierro de las fiestas de agosto el vivido esta mañana en Lumbrales. La coincidencia en sábado de este primer festejo taurino no ha dado tiempo ni para el precalentamiento, pues algunos de los corredores ya famosos en este recorrido se anticiparon al rito de estiramientos en la tradicional cabalga al ‘Prao del Toro’ del día antes.

Varios miles de personas, media hora antes de que comenzara el festejo, llenaban los tendidos del coso lumbralense, y las vallas que cerraban el recorrido apenas si dejaban un resquicio para el aire entre sus barrotes. Como el resto de peñas, las chicas del Revolcón eran fieles a su cita y en las ventanas de la acera del Altamira ya no cabía un aficionado más, lo mismo que sucedía en el callejón de la plaza instantes después de la llegada de los astados. Hasta la bandera, como dirían los taurinos.
En cuanto al desarrollo del encierro, discurrió sin incidencias, con la manada bien agrupada formada por seis mansos y cuatro erales de la ganadería de Caridad Cobaleda, bien presentados aunque de escaso trapío respecto a su tamaño, principalmente, aunque hay que considerar que su lidia correspondería en la tarde a dos de los novilleros de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca.

A muchos nos les daría tiempo a observar la manada ni de refilón, pues a excepción del inicio del recorrido, donde varios de los novillos despuntaron del resto de la manada para más tarde volver a reagruparse, a partir de ese momento permanecerían arropados por los cabestros hasta pisar el albero lumbralense. La entrada en toriles se producía a escasos minutos de pisar el ruedo.

El encierro discurrió dentro de una normalidad absoluta en todas las facetas. Sobre las 12,30 horas se escuchaba el bombazo anunciador de que la manada emprendía el recorrido de camino a la plaza, y en escasos minutos el murmullo de dejaba intuir en la confluencia de La Fandanga con la carretera de Salamanca.

En la plaza de La Frontera esperaban a los astados decenas de corredores para emprender la carrea en el último tramo del recorrido hasta la plaza. A pesar de la conglomeración de corredores no se produjeron caídas, por lo que no hubo de lamentar ningún herido.

Bien conducida por los caballistas, la manada entró agrupada en el coso y tras dar una vuelta sobre el ruedo, los pastores hicieron bien su trabajo para conducir a chiqueros a los astados.

TEXTO Y FOTO: WWW.LASARRIBESALDIA.ES

No hay comentarios:

Publicar un comentario