Carafea se defiende con los cuartos traseros de un corredor. Rudy
Iván Ramajo
Dolores Aguirre ha sido, otra vez, la encargada de sumir
a Pamplona en el bucle sanferminero, ese
que empieza o termina a las ocho de la mañana y que tan solo puede despertar el
encierro. Y el de este martes no ha servido ni para eso. En realidad, para
nada más que no sea trasladar los toros de los corrales de Santo Domingo a la
Monumental. Puro trámite.
Los dolores se han limitado a correr. No han arrollado
cuando han podido como para pedirles que defendieran su espacio o que metieran
la cara, si acaso soltar las patas. Cocear. Desde el segundo uno hasta el minuto 2:18, que es cuando los seis ya estaban
en corrales, los toros se han dedicado a cumplir. Sin más. Llegaron a la
hornacina como siempre lo hacen, juntitos, como cerrando los ojos para
atravesar la primera barrera humana. Una vez los abrieron, comenzaron a
dejar una imagen que es la seña de identidad de los atanasios del sur en Pamplona: girar las cabezas para no arrollar
al que le pone los riñones en el morro.
La única manera que encuentran los dolores para
defenderse es correr, y eso, desde su debut en Pamplona en el año 80, lo han ido
aprendiendo a la perfección. Tanto que año a año han ido rebajando marcas, convirtiendo
una carrera de toros en una de plusmarquistas, y acabando, por tanto, con la
emoción. Carafea ha sido el toro tipo
del encierro de Dolores Aguirre en San Fermín. Ha saltado, ha girado la cara en
más de una decena de ocasiones y hasta se ha abierto en Estafeta para que el
corredor apurado pudiera colarse entre él y su hermano y no acabara en el suelo. Tan
solo una caída en Telefónica ha impedido que batiera todos los tiempos de su
hierro.
Precisamente, otra caída ha sido la encargada de mostrar que
el encierro de Dolores iba a ser, de nuevo, nones. Los toros hermanados, sin
bueyes, llegaron a tomar la curva de Mercaderes de manera limpia hasta que la
inercia los amontonó en la primera fachada de Estafeta. Allí, el grupo de toros
se separó por primera vez, pero eso no sirvió nada más que para mostrar como
los rezagados se empleaban aún más para volver a reorganizar la piña y acabar con
el trámite de ‘volar’ por el adoquinado de Pamplona. Misión cumplida, dolores.
FICHA DEL ENCIERRO
Martes 8 de julio. Segundo encierro de
las fiestas de San Fermín 2014. Con 13 grados de temperatura y cielo nublado se
han corrido 6 toros de Dolores Aguirre,
todos ellos despegados del suelo. El recorrido lo han completado en 2:18. La lidia del cuarto festejo del
abono pamplonés (segunda corrida de toros) la llevarán a cabo Uceda Leal, Francisco Marco y Paulita.
El parte médico oficial
habla de un encierro sin herido por asta de toros y con tan solo dos trasladados,
el primero por una contusión torácica y el segundo por una contusión en pierna derecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario