jueves, 12 de julio de 2012

Sexto encierro San Fermín 2012



Dos valientes


Se despertaba Pamplona cada vez menos madrugadora –los cuerpos se han habituado a la carrera y descansan hasta el último segundo-, y con la sensación de haber entrado en una rutina balsámica para la ciudad. Algo desfondados los mozos al comprobar que lo que les queda ya no es de su agrado, que los Fuente Ymbro no tienen comparación, y que Victoriano del Río solo motiva a la ingente masa de madrileños que hacen gala de “sus toros” en la capital navarra.

Iván Ramajo (www.cultoro.com)

Largos de esqueleto, de manos cortas, anchos de sienes, apretados de carnes ¿qué más se le puede pedir al encierro de pamplona? Pero las circunstancias de Victoriano del Río son similares a las de hace dos días para los toros del Pilar,- a excepción hecha de que el calendario es más favorable para los toros madrileños que para los charros-. Daba igual, hoy el ambiente era el de un encierro más, sin crujir de piernas de manera histérica e histriónica, todo mucho más pausado y relajado. En un clima de caballerosidad para los corredores.

Cuando el gesto distendido surge en Santo Domingo, rápido se encargan los toros de cambiarle la cara. Hoy los que allí paran vivieron la realidad de ser los primeros de enfrentarse al toro. Al pánico le vieron la cara, y las barbas a los dos de Victoriano del Río, que decidieron frenarse ante lo desconocido, por temor. Después de varios días donde los zambombazos de salida se tornaban en manos quietas en el encuentro, hoy se produjo lo que nunca desearon ver los “mozos”. Parón y cuenta hasta ver cuando marchaban, lo hicieron raudos a la estela de la manada, pero sin miramientos, avanzaban con la sensación de dominio que habían conseguido al frenarse, se lanzaron de lienzo de muralla hacia izquierdas en busca de la presa, pero no la cataron. Alcanzaron la manada, y ahí el protagonismo lo cedieron a sus hermanos.

Unos por eléctricos en la carrera, y otro por chisposo -nada tenía que ver con el comportamiento formal, pero seguro de sus compañeros-. Él decidió hacer guerra por su cuenta y no dejarse manipular. Lo hizo tapado, cuando nadie se lo espera, tirando derrotes a diestro, para el siniestro corredor. Hasta entonces el toro de Victoriano no se había definido como temeroso o valiente, pues lanzaba la cara pero no estiraba el cuello. Y en esas circunstancias llegó para hacer de la curva una montonera de hermanos, que definirían de una vez su comportamiento.

Veloces los dos primeros, gregarios los tres últimos, y el toro perfecto para domar en los San Fermines 2012 se adentraba en Estafeta, rápido mandó su receta al gentío, derrotes a cuello vuelto de izquierda a derecha, de diestra a siniestra. Difícil así ponerse delante de él ante esa mirada de fusil de largo alcance. Alguien, motivado ¿quién sabe si por días nefastos, o por la sobre relajación de los compañeros? Decidió plantarle cara, y marcarle con su riñón derecho el camino del culmen. El victoriano le aceptó el órdago y quedará marcada para el recuerdo del 2012 en Pamplona la imagen del encuentro, entre dos valientes. Uno, el toro, por su comportamiento: alargando el cuello, metiendo la cara, apretando con los riñones. Otro, el corredor, por su temple y osadía, sabiendo todas las cualidades que atesoraba el buen victoriano no dudó en ponerle la espalda plana, cual muleta, y llevarlo largo, tan largo que acabó suavizando a una manada veloz.

Así se distanciaron los dos grupos de bureles: los que cabalgaban en solitario ya sometidos a la presión de los que le rodeaban, y los que galopaban a troto rápido pero armónico en busca de una plaza, para completar los 850 metras, y dar mayor gloria a Victoriano en las calles de Pamplona.

Dos minutos de carrera, y veinte segundos donde dos insumisos del encierro se cruzaron y forjaron la mejor estampa de las vistas hasta ahora en San Fermín.

PARTE MÉDICO

Tras la carrera de los de Victoriana del Río el parte médico habla de seis traslados al complejo hospitalario de Pamplona. Los más graves, tres contusionados cranealmente en los tramos del Ayuntamiento y Mercaderes, que han sido trasladados al Hospital de Navarra.

Por otro lado, el Hospital Virgen del Camino ha recibido a otros tres magullados. El primero de ellos con una contusión maxilofacial en el tramo de Telefónica, mientras que los otros dos presentaban luxación en el hombro, y contusión en la columna dorsal, sin mayor peligro para la movilidad de las extremidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario